lunes, 3 de noviembre de 2014

Un abismo nos lame los pies

Todos los días nos lanzan sin anestesia ya sea por televisión, radio y sobre todo a través de las redes sociales denuncia tras denuncia sobre autoridades, funcionarios, instituciones, empresarios y un vergonzoso etcétera que han cometido alguna trastada. Nos estamos acostumbrando a vivir en el más absoluto desprecio a la honestidad, al derecho del otro, al bien general sobre el particular, a hacer lo correcto. Y no solo no desbordamos en hartazgo y salimos a las calles a detener esta ola sino que además nos convertimos en muñecos de ventrílocuo con el aplauso al “vivo”, la admiración al tramposo, el premio al que roba y el altar a la ignorancia. La corrupción ya no es un mal en el Perú, se ha convertido en un modo de vida y lo digo sin falsos nacionalismos ni hipocresías. Desde el que debiera ser el “poster boy” de la responsabilidad, la ley y el trabajo honesto como es el policía , hasta el vigilante en un hospital de la Seguridad Social que te pide un sencillo para dejarte ingresar a una visita o a atenderte sin cola. Ya no puedes poner las manos al fuego por nadie, no puedes confiar en nadie y si te descuidas, puedes terminar en la cárcel porque un policía decidió que si no le pagas, te siembra droga o acabas sin casa porque un notario corrupto firmó la aprobación de la venta de tu propiedad. Tener un juicio en el Poder Judicial es saber qué se te viene: algún grasoso secretario de juzgado te mirará con soberbia y te pedirá el billete para “subir” tu expediente y un juez jugará Yan Kem Pó para ver cuál de los litigantes le baja más para que resuelva a su favor y por ahí irá la cosa. Y todos sabemos que es así, salvo excepciones. Los políticos son peor, porque prometieron durante una campaña luchar por su pueblo, defender a los desposeídos, cambiar las injusticias y frenar el abuso de grandes empresas y resulta que en el camino, esas empresas le pagaron la campaña y ya en el poder, los ciudadanos pueden irse al demonio. Y no pasa nada. No hay vergüenza, no hay pena, no hay orgullo por su apellido ni su honra. Esos hijos que ven a sus padres trampeando, mintiendo, engañando serán iguales: el ejemplo de lo que ven no se los quitará ni el colegio ni la vida. Ese es el punto más triste, decepcionante e indignante de todo: la gran mayoría se sale con la suya y viven como reyezuelos acomplejados, con autos grandazos porque si no no vale, con casas de playa porque eso tienen que tener los nuevos ricos y enormes cuentas bancarias que nadie conocerá porque están a nombre de testaferros. Según La Divina Comedia de Dante Alighieri, los políticos corruptos son torturados con brea hirviente en el Octavo Circulo del Infierno. Cómo me gustaría que eso fuera realidad. Nos lamentamos, protestamos, pero no nos rebelamos. Y cada día es más grave; se descubren más actos y personajes corruptos y hasta se habla de “cortinas de humo”….pero no, no son cortinas, son alfombras de estiércol que son echadas al suelo una tras otra y sobre las que camina el futuro de este país.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Periodismo....dónde estás?

Qué pasa con el periodismo? Estoy fuera del Perú, los que me conocen lo suficiente lo saben y los que no, se están enterando jaja. Igualmente les cuento a esas personas que soy periodista hace mas de 30 años, que no estudié la carrera como la mayoría en una universidad pero que me hice en la calle, aprendiendo de los mejores y lanzándome a la conquista de mi espacio en esta carrera… agarrándome a codazos con los colegas, a patadas con la policía (metafóricamente hablando por supuesto no? jaja) y escuchando los consejos de mi padre periodista y mis jefes y hasta otros periodistas, porque la arrogancia y el creerte la última chupada del mango no te lleva a nada…o más bien te aisla de seguir aprendiendo de los que saben, pues…asi de simple…. y creo que logré ser una buena periodista, sin falsa modestia, en tiempos en que ser periodista o más especificamente reportero era sinónimo de información y no opinión, de lucha y no camino fácil, de sacrificio y no de conformismo o flojera, de investigación y no de lanzar noticias sin confirmar, de competencia entre medios,no notas copy/paste…y todo esto sin que se hubieran inventado todavía los celulares, el internet, los ipads, laptops, san google, wassapes, twitter y demás. Si pues, los periodistas investigábamos, confirmábamos, cruzábamos información tomando nuestro bus a la biblioteca, a los archivos del estado, a las fuentes mismas. Mi generación de periodistas sabe de qué hablo…..Qué pasó? Cuando uno estás en una reunión de periodistas durante una campaña electoral y te lanzan a la cara la pregunta…Y TU A QUE PARTIDO APOYAS??? Te das cuenta que algo está muy mal con el periodismo nacional. Me ha pasado….ah? Un colega muy serio me lo preguntó como si su pregunta fuera de lo más lógica. Porque un periodista no apoya a ningún partido o candidato..un periodista se ha formado para llevarle al lector o al televidente o público la información desnuda, veraz y plural, sin un ápice de favoritismo…porque entonces eres un relacionista público pues, no te hagas más bolas existenciales no?. Seguimos mañana….. La Flaca OUT.

sábado, 22 de marzo de 2014

LOS CINCUENTA YA NO ASUSTAN reeditado

Soy periodista hace casi 30 años, he vivido una y mil experiencias en mi trabajo como reportera de televisión en una época muy dura para mi país, el Perú. Los años 80 y 90 fueron de terror y muerte y ahí estábamos los periodistas en primera fila, tratando de que nunca se olvide lo que sucedió, esperando que nunca se repita. Como parte de mis aventuras de vida, a los 15 años me inscribí en el Ejército como voluntaria y fui parte de la primera promoción de paracaidistas mujeres en el Perú. Me casé, tuve dos hijos y escribí un libro llamado “La Flaca” que trata justamente de todas estas experiencias de periodista y mujer…ahora estoy en los Estados Unidos con mis dos hijos adultos empezando nuevamente mi vida. Y mirando atrás, pienso en todo lo que hemos hecho y lo que nos falta por hacer. Hubo un tiempo en que hablar de una persona de 50 años era hablar de “viejos”, de “acabados” o simplemente aburridos de la vida. No señora, ya no. Si me hubieran dicho a mis 25 que a los cincuenta estaría aun usando bikini en la playa o arreglándome para ir a bailar con los amigos o simplemente pasando por una taberna a tomarme una chela (si, ya no aguanto más de una ) habría dicho que esa vieja está loca..ja ja. Es más, me siento tan o más motivada a seguir cumpliendo con mis sueños de joven, ahora ya maduros al cubo pero no por eso menos importantes e inclusive ahora más realizables. Tenemos, y lo digo sin aspaviento ni arrogancia, la enorme suerte y habilidad para crear un nuevo mundo “a partir de” y nadie puede decirnos ya si podemos o no, si debemos o no, si nos dejan o no. Esta es nuestra nueva hora, nuestro nuevo momento totalmente libres de miedos, “roches” o complejos. Inclusive podemos descansar ya de la maternidad pues nuestros hijos están ya lo suficientemente grandes y realizados, o en proceso de, que nuestra intervención ya es mayormente desde fuera, de apoyo y valgan verdades, ya no tan bienvenida como cuando eran pequeños, sí o no madres? Pero si, hay algo que me vuelve loca y me provoca ansiedades antes desconocidas, ataques furibundos de pánico y me hace sentir y parecer una desfasada total y simplemente no sé hasta ahora cómo enfrentar: la tecnología. Cuco que nos come, nos envuelve, nos domina y se ha convertido en nuestro talón de Aquiles emocional y práctico . Por lo menos yo me pego contra la pared (casi literalmente) cada vez que uno de mis hijos me dice que “salió” un nuevo aparatejo y que el que estoy usando ya no es y hay que tener ahora ese otro aparatejo…o que si mi querido celular se pierde, pues perdí media vida porque ya no tendré amigos ni datos ni nada, a menos que haya hecho no se qué para back up que por supuesto no hice pues no sabía que eso existía. Y ni hablar de escuchar mi música setentera en una radio, nooo, hay que tener un Ipod o no sé qué para aislarte del mundo aún más. Quieres hacer una operación en un banco? Quieres comprar algo? Quieres ver una película? Quieres comer ? Quieres leer un libro? No necesitas salir de tu casa… ya no señora, señor, ahora entras a tu laptop y tienes todo a la mano, en un dedo, más bien y con el dolor de cabeza de tener que aprenderte cuchumil claves para poder seguir en este mundo sin desaparecer. El futuro, que le llaman y nosotros que estamos aún tan acostumbrados a estar en la calle, desde chicos jugando y de grandes compartiendo el tiempo y el aire con los demás, sin preocuparnos de que al primer error o mal funcionamiento de una de estas computadoras , perdamos nuestra identidad, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestras tareas y hasta nuestro dinero. Por eso yo hasta ahora conservo mi libretita de notas. No me ha fallado hasta hoy . Pero a pesar de todo, abracemos nuestros cincuenta, que ya no asustan, ya no abaten y muchas de mis contemporáneas estarán de acuerdo…ya no nos importa un cacahuate lo que alguien piense de nosotras. Y aquí estoy ahora, compartiendo unas líneas para hacerles el día algo menos estresante y comenzando una nueva vida a mis cincuenta, qué les parece? Viva el futuro!

domingo, 2 de marzo de 2014

LOS CINCUENTA YA NO ASUSTAN



Hubo un tiempo en que hablar de una persona de 50 años era hablar de “viejos”, de “acabados” o simplemente aburridos de la vida. No señora, ya no.

Si me hubieran dicho a mis 25 que a los cincuenta estaría aun usando bikini en la playa  o arreglándome para ir a bailar con los amigos o simplemente pasando por una taberna a tomarme una chela  (si, ya no aguanto más de una )  habría dicho que esa vieja está loca..ja ja.

Es más, me siento tan o más motivada a seguir cumpliendo con mis sueños de joven,  ahora  ya maduros al cubo pero no por eso menos importantes e inclusive ahora más realizables. Tenemos, y  lo digo sin aspaviento ni arrogancia, la enorme suerte y habilidad para crear un  nuevo mundo   “a partir de” y nadie puede decirnos ya si podemos o no, si debemos o no, si nos dejan o no.

Esta es nuestra nueva hora, nuestro  nuevo momento totalmente libres de  miedos, “roches” o complejos. Inclusive podemos descansar ya de la maternidad pues  nuestros hijos están ya lo suficientemente  grandes y realizados, o en proceso de, que nuestra intervención ya es mayormente desde fuera, de apoyo y valgan verdades, ya no tan bienvenida  como cuando eran pequeños, sí o no madres?

Abracemos nuestros cincuenta, que ya no asustan, ya no abaten y muchas de mis contemporáneas  estarán de acuerdo…ya no nos importa un carajo lo que alguien piense de nosotras.

Viva el futuro!

lunes, 24 de febrero de 2014

De nuevo y a acomodarse

Luego de varios meses de silencio a gritos, vuelvo a entrar a mi Blog a desparramar un poco de mí.
Me he ido del país, cansada de ser testigo de una Idiocracia en ciernes, de una falta de respeto a punto de ser ridículamente aceptable para muchos y decepcionada de no poder ejercer mi profesión porque parece que en el Perú la experiencia , la trayectoria y un humilde coeficiente de 156 no es suficiente para ser tomada en cuenta por los medios. Pero bueno, hoy estoy en otro país, comenzando nuevamente lo que llamaré la Segunda Parte de mi Vida o mi segundo viento...como quieran.
Saludos a todos, y sepan que no claudicaré de mi irrefrenable rebeldía, de mi constante llamada de atención a quienes gobiernan o pretenden hacerlo mientras se llenan los bolsillos (lo cual es su único interés, realmente, al atrapar un puesto o puestito público) y menos dejaré de apuntar mi dedito índice a través de las redes sociales para abrir ojos y oídos, para señalar lo que está mal, lo que es injusto y lo que simplemente es estúpido. Así que no crean que me van a perder de vista, sigo aquí. 

jueves, 16 de mayo de 2013

LA FLACA EN TARAPOTO Y EL MRTA

Otra experiencia que me viene a la mente en estos momentos es la de Tarapoto. Ya les adelanté algo páginas atrás.


El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru había aparecido en la escena nacional a mediados de los 80 y en ese primer momento eran considerados los «Robin Hood» por la población más pobre. Robaban camiones repletos de alimentos y luego esa comida la llevaban a repartir en las zonas marginales de Lima y en el interior. ¿Quién podía llamarlos criminales en esos tiempos de hiperinflación y escasez? No la población pauperizada.

Su base de operaciones era la selva de San Martín; la zona de Tarapoto era en ese entonces una fuente de información riquísima y hacia allá me enviaron a cubrir el accionar del grupo subversivo.

Mis compinches fueron nuevamente Guillermo Vílchez y «Colorao» Wilmer Robles.

El Canal 9 nos dio plata suficiente y con las justas para 4 días de hotel, comida y extras.

Llegamos a Tarapoto y lo primero fue instalarnos en un pequeño hotelito cerca de la Plaza principal. Había gente de otros medios y uno que otro de la prensa extranjera ya en la zona pero nosotros, como era mi costumbre, tratamos de no estar con la mancha sino buscar nuestra propia información.

No pasó mucho tiempo antes que nos empezaran a llegar «mensajes». Había sucedido un enfrentamiento de emerretistas y fuerzas del orden (no me acuerdo si eran policías o soldados) y varios de los subversivos muertos habían sido enterrados en el cementerio del poblado llamado Banda de Schilcayo; la noticia era que a las 6 de la mañana del día siguiente un grupo de compañeros («cumpas») liderados por una tal «gringa» iba a ir a desenterrar y llevarse el cadáver de uno de ellos. Bum.

Calladitos, salimos del hotel al día siguiente tempranito sin avisarle a nadie más, por supuesto. Alguien más estaba enterado, alguien de una radio creo, nada más. Al llegar, el cementerio estaba cerrado, por supuesto, pero igual entramos.

Mientras esperábamos vimos llegar a un grupo de policías, quizás alertados por un datero o algo y nada sucedió. Ellos fueron los que nos contaron que andaban tras los pasos de esta emerretista llamada «gringa» que aún se encontraría en la ciudad.

Bueno, la cosa es que todos los días enviábamos a Lima cassettes con reportes vía Aeroperú con notas bastante interesantes. Un día supimos que el MRTA había incursionado en el poblado de Chazuta tras robar una camioneta. Tuvimos la primicia de encontrar, junto a la policía, el carro que habían utilizado en esa incursión.

La cosa es que a los cuatro días debíamos partir de vuelta a Lima; tras pagar el hotel, partimos hacia el aeropuerto a tomar nuestro avioncito. Estábamos a cero soles (o intis) pero total, en el Jorge Chávez tomaríamos un taxi al canal y ahí pagarían.

Era de noche, recuerdo bien y se acercaba la hora en que supuestamente nuestro avión debía estar ya aquí listo para llevarnos de regreso a casita, pero nada...

El tiempo pasaba y la gente empezaba a reclamar... ya saben cómo es. A la hora, un pata de la empresa se acerca al Counter y avisa que por mal tiempo, el avión no vendría desde Lima y por ende se cancelaba el vuelo Tarapoto-Lima. ¿QUEEEEE? Nos miramos los tres sin hablar. No teníamos ni un puto sol (o inti) en el bolsillo, ya habíamos cancelado el hotel y además nos moríamos de hambre. Cargamos la cámara, cassetera, luces, etc. y empezamos a deambular por el pequeño aeropuerto. Piensen. Piensen.

En eso, una señora se nos acerca (¿qué cara tendríamos, no?) y nos pregunta si necesitábamos ayuda. Blaaaab. Le vomitamos nuestra desdicha. Muy linda ella (dulces tarapotinos) nos ofreció alojarnos esa noche en su casa, total señores periodistas, nuestra casa es su casa. La señora tenía dos hijas jóvenes (creo que las chicas le habían echado el ojo a mis compinches y esa era la razón principal de la invitación, creo ahora) que muy amablemente nos ayudaron a subir las cosas a su camioneta pick up. Su casa quedaba fuera del entorno urbano de Tarapoto, no sé exactamente dónde, solo recuerdo que subíamos por unas callecitas alejándonos del centro cada vez más hasta llegar a la humilde vivienda. Yo estaba muerta de cansancio pero más de hambre. La señora les dijo a sus hijas que nos llevaran a comer alguito a unas cuadras mientras ella arreglaba unas camas para nosotros. Así que los 5 salimos a pie esa noche para comer un tacacho con cecina, nunca lo voy a olvidar.

Los voy a recrear con la escena: yo estaba vestida con un jean, un polo verde olivo sin mangas, unas botas militares que tengo desde mi época de paracaidista y un gorro tipo montañero que me tapaba parte de la cara. No traíamos la cámara por precaución (la zona no parecía muy segura). Las dos chicas nos sentaron en unas bancas largas puestas en la calle, en la entrada de un restaurancito; era tipo picnic... una mesa larga y dos bancas largas a cada lado donde había otras cuatro o cinco personas comiendo, todo parecía ir bien. Pedimos cada uno un plato de tacacho y cecina porque yo, por lo menos, nunca había probado.

En eso vi pasar por la calle de enfrente (era una calle sin asfaltar y yo estaba sentada de espaldas al localcito) a un policía. Nos miró primero casualmente pero luego como que volvió la mirada rápidamente como si hubiera visto al diablo.

Yo lo estaba mirando en todo momento y él a mí; sin quitar la mirada cruzó hacia la vereda donde estábamos pero en diagonal y entró a la tiendecita del costado, a unos 10 metros de nosotros, donde cogió el teléfono público en la entrada y empezó a hablar con alguien de manera agitada y sacando cada dos segundos la cabeza para mirarnos. Ay, dije yo, algo le pasa a este sujeto. Pero en eso llegó nuestra comida, servida por una señora gorda y empezamos todos a comer. Yo era la única que me había ganado con el asunto.

En eso, veo llegar un carro policial muy lentamente, da la vuelta a la esquina, pasa frente a nosotros y se dirige al policía en la tiendecita de al lado, el cual, dicho sea de paso me miraba de una forma que jamás voy a olvidar: con odio. Los tres se acercaron entonces al restaurante y entraron. Segundos después los comensales en el interior salieron rápidamente y seguidamente los policías les hicieron señas a los que estaban en nuestra mesa para que se pararan.

En ese momento me empecé a poner nerviosa y le comenté el asunto a Guillermo y Wilmer, solapa. Yo llevo siempre, o llevaba, mi carnet de prensa en el bolsillo trasero del jean pero la idea de poner la mano atrás, pensé, podía desencadenar una tragedia dado el color de lo que estaba ocurriendo. Decidimos esperar a que ellos tomen una iniciativa, quizás acercarse a preguntar quiénes michi éramos, ¿no? Cuando vimos aproximarse un camión porta tropas sigilosamente por la esquina del frente y ver que se procedía a bloquear las calles a nuestra derecha con el camión y otro grupo de policías se acercaban por nuestra izquierda, nos dimos cuenta que algo muy malo sucedía y nosotros éramos el blanco. En el justo momento que yo empezaba a pararme del asiento para tratar de decirles algo, vemos que un oficial de la policía llega corriendo desde nuestra izquierda, desesperado, gritando « ¡Sal de ahí, Mariaaaa!!!»

Una de las chicas que estaba con nosotros, que nos había invitado a dormir y comer se levantó como un resorte y gritó « ¡SON PERIODISTAS DE LIMA!!»... tras lo cual los cerca de 15 policías que estaban a punto de saltarnos encima se quedaron congelados en el aire (o así lo recuerdo, qué quieren que haga) y se desinflaron entre nerviosos y confundidos. El policía que había irrumpido corriendo era el hermano de la chica y se había enterado en la comandancia que estaban a punto de bajarse a la «gringa» y otros dos subversivos que habían secuestrado a sus hermanas para obligarlas a que les paguen la comida. Wow.

Ya más calmados todos, verificada nuestra identidad y el resto, los policías nos contaron que la orden era capturarme viva o muerta y que era igualita a la que estaban buscando. Hasta ahora recuerdo la escena final como si fuera ayer, caray. Pero sobre todo, jamás olvidaré la expresión de «ya vas a ver» en el rostro de ese primer policía con lentes. Después nos jalaron en su camioneta policial hasta la Plaza de Armas donde nos relajamos un poco.

sábado, 16 de febrero de 2013

FOREVER ALONE?




¿Qué pasa en Lima, que una mujer de "mediana edad" soltera hasta el momento por que le dio la gana, no puede encontrar o tropezarse con un hombre interesante??  Si quiero ir a bailar, tengo que buscar con lupa un lugar que no esté plagado de chiquillos o de atorrantes....Dios!! Tengo mi cofradía de mujeres (chicas) solas ya sea por divorcio, viudez, soltería u otros que todos los fines de semana nos preguntamos... ¿a dónde podemos ir a divertirnos?? 
Dónde se encuentra uno con un tipo de 45 a más que no esté buscando chiquillas tetonas con quienes lucirse así no tengan ni michi de qué hablar con ellas? 

El asunto generacional se nota mejor cuando tienes una hija que te dice "ay mamá....si te gusta el pata anda y háblale (o llámalo) pues, ¿qué tiene?”
No pues...a las mujeres de mi época nos llamaban....y nos quedábamos días de días al lado del teléfono (porque estaban pegados a la pared jaja) esperando que el huevo frito se dignara marcar nuestro número y hacernos feliz. ¿Qué tontería no? ¿Porqué no podemos salir de mongas de una vez por todas y agarrar e invitar al pata que nos gusta a tomar un café, trago o whatever??? O es que eso ya se hace? Plop entonces.
Es que una mujer de mediana edad, medianamente guapa, inteligente e interesante está condenada a quedarse sola en esta ciudad? Parece que sí. Bueno pues, ellos se lo pierden.
¿Qué dicen ustedes, compañeras de sábado en la noche viendo Saturday Night Live por cable o en el peor de los casos un programete horrorosos en la TV peruana?
Ayudaaaaa!!!!